martes, 19 de marzo de 2013

Paternales




Tras el “Habemus Papam”, el “Habemus Fallas” y el “Habemus corralito chipriota”, llegamos al inexorable “día del padre” que en honor de San José, padre putativo de nuestro Señor, se celebra en los países católicos, una festividad que, como bien se ha visto con la de San Patricio (¡Cuán grande es el poder de la globalización anglosajona!), se está extendiendo sobre la faz de la Tierra a pasos agigantados.
Aunque muchos celebren este 19 de marzo la paternidad de su genitor, lo mío también va de madre, ya que incluimos en el mismo día su onomástica… ¡Otra Pepa más para la historia! Es por ello que, a modo valenciano, festejamos una fecha tan señalada, con arroz y, si se tercia, fresas con nata, una delicia primaveral que no abunda durante la que sentimos cerca (Europa está acabando con nuestra bien surtida despensa). A veces también hay algún regalo… Si se nos ocurre algo a la descendencia, claro está.
Recuerdo ese año en que, aprovechando la edición de dos libros de Anthony Browne, Mi papá y Mi mamá, un par de álbumes ilustrados que creí inspirados en mis padres (¡increíble, pero cierto…! Es otra prueba evidente de que casi todos son iguales…, o al menos los de Mr. Browne y los míos… ja, ja, ja), maté dos pájaros de un tiro. Con enormes dosis de humor -algo característico de este autor y que se aleja de la languidez y pusilanimidad de otras obras con sentido paternal-, abundantes colores vivos y pinceladas de ternura, son capaces de entresacar una sonrisa al serio semblante que abunda entre los quehaceres paternales o maternales. Es por ello que, prefiriendo rescatar un par de buenos libros de bibliotecas y almacenes editoriales, les recomiendo este presente para sus respectivos y distintos a otros muchos que se han editado recientemente.
Una buena oportunidad para darles un beso y decir aquello de "¡Felicidades!"

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