jueves, 27 de marzo de 2014

Líderes indiscutibles


Entre vítores y aplausos ha quedado enterrado Adolfo Suárez, el único presidente de la democracia (pese a quien pese), una inoportuna muerte que, además de entristecer a familiares y allegados, ha eclipsado por completo esas marchas (in)dignas que asolaron Madrid el pasado fin de semana. Seguramente la divina providencia ha puesto algo de su parte para aleccionar a sectarios y pesebristas, esos que mucho abogan por pluralidad y comunismo pero que poco saben de honor y consenso.
D. Adolfo Suárez fue masacrado y aislado por sus coetáneos. Solo ante cientos de dentelladas que nacionalistas, políticos de cualquier estofa, militares, monarcas, una España abigarrada por el fascismo ulterior, y otras garrapatas (esas mismas que ahora le untan cera, jabón y vaselina), el par de cojones de este hombre dieron, no sólo para mantenerse impasible en un escaño agitado por el tejerazo, sino para dar muestras de un discurso conexo, unas habilidades discursivas sin parangón, e ideas preclaras a pesar de las múltiples adversidades heredadas.
Quizá son muchos los que alaban el valor de los líderes foráneos, esos que como Margaret Tatcher, Ronald Reagan o Nelson Mandela (recientemente fallecido y homenajeado por todo lo alto, incluso con álbumes ilustrados como el de Kadir Nelson y publicado en España por la editorial Juventud) han escrito la Historia con letras de oro, pero también hay muchos otros más anónimos, no tan mediáticos pero con el mismo temple para marcar el ritmo con pasos firmes.


El caso es que, sea cual sea el color, origen y convicciones de los mandatarios, existe un cuorum social rotundo para rendir honores a quienes abogan por la justicia, la integridad y la humildad, sin dejar a un lado la honestidad y el deber. Sobre todo si los comparamos con los que vienen después, que la mayor parte de las veces suelen ser pan para hoy y hambre para el mañana…
Sólo un consejo a estos últimos: A ver si aprenden y predican con el ejemplo, aunque no estén hechos del mismo material que los grandes.

No hay comentarios: