miércoles, 22 de marzo de 2017

Un álbum imprescindible sobre álbumes imprescindibles


Aunque debería haber reservado este título para el Día del Libro Infantil, no he podido resistirme a vociferar por todos los rincones de este lugar que ya tengo en mi poder Los cuentos entre bambalinas, un libro de Gilles Bachellet recientemente publicado en nuestro país por Thule.
¿Y por qué debería de haberme esperado al 2 de abril para reseñarlo? Sencillamente porque este álbum es un maravilloso homenaje a los cuentos y libros para niños, mayormente a los álbumes. Aunque tiene una características técnicas más que destacables, son estos guiños a personajes y obras tan conocidas de la LIJ lo que lo convierten en un imprescindible para maestros y bibliotecarios (¿Me han oído? ¡Im-pres-cin-di-ble!).
Este libro se sitúa en un teatro (o quizá el rodaje de un metraje), de tal forma que la página izquierda de cada doble página hace alusión a momentos, profesionales o espacios que vertebran las artes escénicas y posibilitan la buena marcha de la función (el despacho donde se firma el contrato, la zona de maquillaje, la mercadotecnia, el guardarropa, el vestuario, las duchas...). Es por ello que, en cierto modo y si nos refiriésemos sólo al texto, el autor ha pergeñado un libro informativo.


Pero lo realmente interesante viene luego cuando entran en acción las ilustraciones... Aunque la relación que establecen los textos y las imágenes se podría encuadrar dentro de la complementación, ya que la acción descrita con ambos lenguajes es la misma aunque enriquecida, sí que podemos hablar de un álbum ilustrado en toda regla ya que palabras e imágenes funcionan como un todo y unas quedarían vacías sin las otras.


Quizá lo más interesante para todos aquellos que se dedican a la animación a la lectura, sea lo metaliterario, lo metaficcional de este librito (N.B.: Añado el sufijo diminutivo porque es de pequeñas dimensiones: manejable). Las alusiones a álbumes muy conocidos como La pequeña oruga glotona de Eric Carle, el lobo protagonista de muchos libros de Mario Ramos, los personajes del Cosita linda de Anthony Browne, el Pomelo de Benjamin Chaud (gran amigo del autor), el Elmer de McKee o el famoso Gerónimo Stilton, son de gran valor a la hora de dar peso a muchas historias que conviven en las estanterías de las bibliotecas. Estos personajes y las alusiones a su carácter nos ayudan a ampliar el universo de la lectura (N.B.: Señalo que este libro me ha abierto las puertas a otros libros que desconocía, sobre todo a muchos personajes de los álbumes franceses que no han tenido repercusión en nuestras fronteras, pero que allí son de sobra conocidos. Así que también podríamos decir que tiene un gesto por la internacionalización de la literatura infantil de dicho país) y afianzar en el ideario de los pequeños lectores estas creaciones literarias que tantas alegrías nos han dado.


Aunque este autor gusta de disyunciones para elaborar su discurso humorístico (no olviden El caballero impetuoso o Cuando mi gato era pequeño) en este libro se centra en la descontextualización y lo paródico, unos recursos que utiliza en ocasiones con cierta ironía y humor negro. Elige bien a los protagonistas de cada escena y les asigna papeles esperados o inesperados, pone en duda el discurso creado por sus verdaderos autores y plantea dicotomías muy interesantes (esa imagen en la que aparecen Los tres bandidos de Ungerer le van a sacar las corás a un inocente Perico -Beatrix Potter- es genial, porque asigna a estos personajes papeles antagónicos a los que en realidad tienen: recuerden que el conejo era el travieso y crápula mientras que el trío de bandoleros al final resultan ser bondadosos).


Resumiendo: juega y se divierte a manos llenas con esto de los libros ilustrados, cosa que me encanta. ¿Y a usted?

5 comentarios:

Seño Punk dijo...

Me decidí a adquirir El cavaller impetuós del mismo autor precisamente por las divertidas referencias a otros cuentos que se pueden encontrar entre sus ilustraciones (entre otras cosas, pero fue el detalle que me lanzó), así que no voy a tener más remedio que hacerme también con éste... Y creo que voy a tener que prestar más atención al autor! ¡Gracias por la recomendación!

Román Belmonte dijo...

¡Gracias a ti por el comentario, Seño Punk! Además de este y los otros dos que cito en el texto, acaba de publicarse del mismo autor "La esposa del conejo blanco" en Adriana Hidalgo editora, que estoy seguro que también te va a encantar (trata sobre la odiosa vida de una ama de casa...) ¡Un abrazo!

Seño Punk dijo...

Si tú me los recomiendas, los buscaré seguro! Un abrazo.

miriabad dijo...

¡Diversión asegurada!

Román Belmonte dijo...

¡Y que lo digas, Miriam!